Es especialmente incómodo para quien lo sufre, pero también para aquellos que están a su alrededor. Solo unos pocos de los que tienen este problema se atreven a hablar de él. Y se estima que más del 50% de las personas padecen este trastorno en algún momento de su vida. Hablamos de la halitosis o mal aliento, una condición que, aunque desagradable, puede ser una señal muy útil para alertar de que está pasando algo en nuestro cuerpo.

Según la Fundación Dental Española, en un 60% de los casos la halitosis tiene un origen bucal, en un 20% se debe a otras causas como problemas respiratorios o digestivos y, el otro 20% restante, corresponde a personas que creen de manera errónea que sufren este trastorno debido a motivos como tener la boca seca o a padecer estrés o ansiedad.

¿Qué es la halitosis o mal aliento?

Aunque necesita poca explicación, podríamos definir la halitosis como un olor desagradable que emana de la boca y que generalmente es provocado por bacterias.

Todos podemos tener cierto grado de mal aliento en momentos concretos del día (al despertarnos en la mañana, después de comer determinados alimentos…). Pero hay quienes presentan halitosis de manera severa y, en estos casos, el problema no siempre tiene solución con un buen cepillado o con el consumo de caramelos de menta.

Causas de la halitosis

Como hemos comentado antes, la halitosis es generalmente un problema que tiene un origen bucal. Esto significa que se produce en la mayoría de los casos por situaciones originadas en la propia cavidad oral. Pero también existen otros factores que pueden producirla. A continuación, te contamos algunas de las principales causas por las que puedes o podrías sufrir de mal aliento en algún momento de tu vida:

• Problemas dentales: los problemas dentales son los principales responsables del mal aliento. El mal olor se produce por la presencia de bacterias en la boca, en la superficie de la lengua y por la acumulación de placa bacteriana. Estas bacterias descomponen la comida, produciendo lo que se conoce como compuestos volátiles sulfurados, cuyo desagradable olor produce el mal aliento. Las caries, la enfermedad periodontal o la gingivitis son también patologías que suelen venir asociadas a la halitosis.
• Boca seca: la saliva puede ser una gran aliada para cuidar tu salud bucodental y tu aliento. Esto se debe a que ayuda a limpiar tu boca de restos de alimentos y también a prevenir la aparición de caries y otras enfermedades. Por eso, quienes producen poca saliva son propensos a sufrir de halitosis.
• Higiene dental deficiente: no lavarte los dientes con la frecuencia necesaria o hacerlo incorrectamente puede ser una de las principales causas del mal aliento. Si no te cepillas los dientes adecuadamente, utilizas hilo dental al menos una vez al día y te lavas la lengua, no eliminas la placa que provoca el crecimiento de bacterias y, por tanto, puedes estar haciendo que se genere mal aliento. Aquí puedes ver nuestra guía definitiva sobre higiene oral para mejorar tu rutina.
• Problemas digestivos o respiratorios: aunque la halitosis suele estar asociada con algo que está pasando en tu boca, en algunas ocasiones también puede ser una señal de otro tipo de problema. Trastornos como el reflujo gastroesofágico, la obstrucción intestinal, la diabetes, las enfermedades del hígado o de los riñones o las infecciones respiratorias pueden tener como uno de sus síntomas la halitosis.
• Fumar: el tabaco no solo deja un olor muy característico en la boca, sino que también altera la flora bacteriana de la mucosa oral haciendo que se produzca menos saliva. La saliva ayuda a mantener el equilibro de las bacterias presentes en la boca y, como consecuencia de producir menos cantidad, no se limpia completamente la cavidad oral y tenemos más presencia de bacterias que descomponen cualquier resto de comida, generando mal olor. Además, los fumadores son propensos a tener enfermedades de las encías, otra causa de mal aliento.
• Cierto tipo de alimentos: comer cierto tipo de alimentos como cebolla, ajos, brócoli o coliflor pueden causar mal aliento. ¿La razón? Este tipo de alimentos ricos en azufre o sulfatos al ser digeridos ingresan al torrente sanguíneo y generan un mal olor que se desprende a través de los pulmones y la saliva.

Cómo combatir la halitosis

Afortunadamente, existen una serie de hábitos que pueden ayudar a combatir la halitosis y que son fáciles de adoptar en nuestro día a día. ¿Quieres saber cuáles son? Te los contamos a continuación:

• Cepíllate los dientes al menos tres veces al día, utiliza hilo dental y, si es posible, emplea también un limpiador interdental para eliminar restos de comida que hayan podido acumularse entre los dientes.
• No te olvides de la higiene de la lengua. Lavártela en cada cepillado y utilizar un raspador puede ayudarte a eliminar una mayor cantidad de bacterias.
• Hidrátate bien. Mantener la boca bien hidratada es imprescindible para evitar la sequedad bucal y prevenir el mal aliento. ¡Recuerda que la saliva es un limpiador natural!
• Di NO al tabaco. Produce sequedad bucal y deja un olor desagradable en la boca.
• Cuida tu alimentación. Evita el consumo excesivo de alimentos como cebolla y ajos y recuerda que tener una dieta saludable es siempre recomendable tanto para la salud bucal como para la salud en general.
• Si la halitosis es producida por problemas digestivos o respiratorios, consulta a tu médico para tratar la afección a tiempo.
• Y no olvides acudir a tu dentista regularmente para recibir una limpieza profesional y realizarte las revisiones de rigor.

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